Nuestros hábitos de vida, nuestros horarios y el tipo de trabajo que tenemos influyen en nuestro modelo de consumo. Para calcular con exactitud qué ahorro energético tendríamos en la factura anual de la luz gracias a las placas solares instaladas en casa hay que prever su consumo hora por hora para todo un año. Para entender mejor la relación entre nuestro estilo de vida y las horas en que el sistema de placas solares puede funcionar podemos fijarnos en esta gráfica.
Representa la producción en tiempo real de una instalación y el ahorro energético que implica tener placas solares en casa. En rojo se ve el consumo eléctrico durante las horas en que no hay sol y por lo tanto, la única opción de abastecimiento posible es la red convencional. En verde se ve la electricidad generada por los paneles solares, especialmente activas por la mañana, mediodía y primera hora de la tarde. Y en azul, las franjas en las cuales los niveles de producción solar cubren parte o la totalidad del consumo del hogar: es el que denominamos auto-consumo.
Ejemplo del ahorro energético de placas solares en casa
Imaginamos una casa con un consumo anual de unos 5.200 kWh que disponga de 10 placas solares, que suponen una potencia de 4 kWp, sin baterías. Con una radiación solar anual de 1.300 kWh/kWp, el sistema de placas solares generaría la misma cantidad de electricidad que consumimos cada año. Pero no la producirá exactamente en el mismo momento que la necesitamos: de media aprovechamos directamente el 43% de la electricidad generada por la fotovoltaica. Por la noche tenemos que seguir comprándola en la red eléctrica. Durante el día habrá momentos donde estaremos generando más electricidad de la que necesitamos y la verteremos en la red.
¿Por qué damos nuestra energía a la red?
La respuesta es sencilla. Porque cuando nosotros no estamos en casa, el sistema de placas solares continúa trabajando. Y muchas de las horas de sol en que las placas están a pleno rendimiento las pasamos a nuestro lugar de trabajo o fuera de casa. Es esta electricidad autoproducida y no consumida la que va a la red. Es el ahorro energético que conseguimos con las placas solares en casa.
Esto es bueno para todos, puesto que estamos contribuyendo con nuestro granito de arena a insuflar energía verde al sistema. Pero además, nuestra compañía nos lo bonifica en la misma factura mensual. Es lo que se conoce como una fórmula de autoconsumo con compensación, y es la más habitual en instalaciones domésticas. Además, como el consumo diario de los hogares ha aumentado durante el día a causa del teletrabajo, la razón de ser de los paneles domésticos cobra más sentido.
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